"Pero esto sí admito a ti: Yo adoro al Elohim de nuestros padres de acuerdo al Camino que ellos llaman secta. Y continúo creyendo todo lo que está de acuerdo con la Toráh y todo lo que está escrito en los Profetas. Y continúo teniendo una esperanza en Elohim; que ellos también aceptan, que habrá una resurrección tanto de justos como de injustos. En verdad por esto siempre procuro tener conciencia limpia ante el rostro de Elohim y ante los hombres."
(Shaúl/Pablo) Hechos 24:14-16
Dabár Qodesh / La palabra santa de YHWH



jueves, 29 de diciembre de 2011

++ LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS ++



En cierta ocasión, nuestro santo maestro Yeshúa, enseño diciendo a sus alumnos:

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien,  buen siervo y fiel;  sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien,  buen siervo y fiel;  sobre poco has sido fiel,  sobre mucho te pondré;  entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento,  dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro,  que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra;  aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor,  le dijo: Siervo malo y negligente,  sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto,  debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle,  pues,  el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene,  le será dado,  y tendrá más;  y al que no tiene,  aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera;  allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 25:14-30)

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