"Pero esto sí admito a ti: Yo adoro al Elohim de nuestros padres de acuerdo al Camino que ellos llaman secta. Y continúo creyendo todo lo que está de acuerdo con la Toráh y todo lo que está escrito en los Profetas. Y continúo teniendo una esperanza en Elohim; que ellos también aceptan, que habrá una resurrección tanto de justos como de injustos. En verdad por esto siempre procuro tener conciencia limpia ante el rostro de Elohim y ante los hombres."
(Shaúl/Pablo) Hechos 24:14-16
Dabár Qodesh / La palabra santa de YHWH



viernes, 30 de diciembre de 2011

++ PARASHÁ N°11 VAIGASH 5772 (Y ACERCOSE) ++



Por Gavriel Ben Yosef de Santa Fe, Argentina.

Gen.45:17-18 Paró [el Faraón] le dijo a Yosef: “Diles a tus hermanos: ‘Hagan así: carguen sus animales y vayan –vayan a la tierra de Kenaan (18) y tomen a su padre y a sus familias y vengan hacia mí, que yo les daré lo mejor de la tierra de Egipto y comerán de lo más seleccionado de la tierra’...  (Torat Emet)


Shalom a todos amigos. Quiera el Eterno que sean todos bendecidos en lo más posible. He escogido sólo dos pasajes de esta porción de estudio de la Torá, sin embargo espero que podamos extraer de los mismos el máximo aprendizaje posible con ayuda del Todopoderoso y Su Sabiduría, a Él Bendito sea toda la Gloria y alabado su Nombre para siempre, Amén.

En este pasaje el Faraón, luego de enterarse que Yosef había revelado su verdadera identidad ante sus hermanos y pedido que buscaran a su padre Yaakov y el resto de la familia, le ordena a Yosef  que haga descender a su familia desde la tierra de Kenaan (La Tierra Prometida de Israel) hacia Egipto, proveyéndole todas las comodidades y ofreciéndoles muchísimo más de lo que necesitaban (escapar del hambre).

Este es el relato literal “histórico” de lo que sucedió, y es lo que se conoce como el comienzo del Exilio en Egipto por 210 años hasta la liberación con Moshé.  Ahora, veamos que nos enseña este pasaje en la profundidad de sus Palabras.

Recordemos que la palabra hebrea para “Egipto” es mitzraim, palabra cuya raíz (matsór) tiene el sentido de estrechez, de limitación, de  encerramiento y, figurativamente, todo lo que causa aflicción espiritual al alma.  Por el contrario, la tierra de Kenaan (Israel) alude a la elevación espiritual hacia la santidad haciendo la Voluntad del Altísimo, ya que la raíz de la palabra Kenaan (kaná) tiene el sentido de humillar, de someter y subyugar.  Y, entendido en profundidad, un israelita se humilla ante el Todopoderoso desoyendo a su propio ego, y buscando hacer muchas veces lo contrario a lo que quiere su “impulso animal/carnal” (Ietzer Hara), y esto es someter/subyugar lo carnal/físico (comprendido también en el concepto de “Egipto”) a lo espiritual (aludido en “Israel”).

Entonces, en este contexto, el Faraón sugiere a Israel que descienda a Egipto, no sólo para satisfacer sus necesidades, sino también en las mejores comodidades para saciarse con lo mejor de Egipto.  En otras palabras, esta “invitación” es la que hace nuestro ego con toda su potencia sutil para saciar la pasión carnal en todas sus maneras posibles, y más allá aún de lo que el cuerpo necesita.  La limitación sucede a la extralimitación… Pues, cuando el cuerpo o mente se extralimitan, o cuando se violan las leyes que rigen una vida en armonía, paz y sabiduría, los problemas junto con los sufrimientos se presentan, y ellos causan más y más limitación. “Egipto” se agranda con el tiempo e “Israel” se esclaviza a su vez. Esto sucederá durante 210 años hasta el Éxodo, mientras el espíritu de Israel quedaba subyugado a lo físico, al conformismo de la esclavitud carnal con esperanza no espiritual (o disminución de la fe)  de sufrir un poco menos cada día (diciendo: “peor es nada”, teniendo la posibilidad de ir por todo..).  Por lo tanto, la Liberación de Moshé con la salida de Egipto que se recuerda en la celebración de Pesaj tiene tanta importancia, ya que enseña al mismo tiempo que en nuestra misma humanidad se produzca cada año esa liberación, la de subyugar la vida física a lo espiritual y se comience una vida en camino hacia Tierra Prometida de Israel, que será cuando venga el Mashíaj Ben David. Pero mientras, se transita una preparación para habitar esa Tierra y Vida, y eso está enseñado en todo el trayecto del Pueblo de Israel desde su salida de Egipto hacia la tierra de Kenaan, la victoria del espíritu con ayuda del cuerpo.

Ahora bien, mientras no lleguemos plenamente a la Tierra Prometida del Mundo Venidero, debemos luchar en nuestra vida por no caer presos nuevamente de Egipto, pues es como si en nuestro camino de liberación Egipto nos persiguiera para esclavizarnos nuevamente, y es muy posible (sobre todo en el comienzo de esta fe) que muchas veces lo logre con las aflicciones que aparezcan en nuestra vida.  El pasaje analizado muestra un método de cómo el Farón/Egipto/ego-propio/Ietzer-Hara/Pasión-carnal seduce al alma para que no sólo satisfaga sus necesidades corporales, sino también para que se extralimite y caiga luego en la limitación, y así Egipto venza.  Sin embargo, así como en el relato de la Torá algunas personas estuvieron transitoriamente en Egipto y el Pueblo de Israel 210 años, nuestra caída o sufrir producirá una apartamiento (o sensación de estar fuera) temporal del Camino a tierra de Kenaan (rectificación y santificación del alma).  Esto significa que todos los problemas, todos los tropiezos en la fe y sufrimientos son temporales, y todos se presentan para que los superemos y sigamos nuestra lucha hacia el premio final, pero disfrutando también de muchas bendiciones antes en esta vida.  Por ello siempre decimos que todo es para bien, aun lo negativo.

Recordemos que el Pueblo de Israel se incrementó con fortaleza a partir de una familia hebrea en el mismo Egipto, y cuando el Faraón quizo disminuirlo con toda clase de aflicciones, sucedía lo contrario, hasta que el sufrimiento produjo el clamor hacia el Altísimo y  mereció que un salvador fuera enviado para el rescate, algo que se produce cada año por medio de las enseñanzas de la Torá (Moshé-Israel-Mashíaj) para liberarnos de nuestros “Egiptos” personales.

Gen.46:1-4 Entonces Israel se puso en marcha con toda su hacienda y llegó a Beer Sheva, donde ofreció sacrificios al Elohim de su padre Itzjak.  (2) Elohim le habló a Israel en visiones de la noche y le dijo: “¡Yaakov! ¡Yaakov!” Y él respondió: “¡Aquí estoy!”. (3) Le dijo: “Yo soy El, Elohim de tu padre. No temas descender a Egipto, pues allí te estableceré como una gran nación. (4) Yo descenderé contigo a Egipto, y Yo sin falta te haré subir también; y Yosef pondrá su mano sobre tus ojos”.  (Torat Emet)


Después de explicar lo que debía hacer Yaakov y todo su entendimiento profundo que pudimos extraer, tenemos aquí la promesa hecha tanto al patriarca como a todos los que elegimos aferrarnos a la fe de hacer la Voluntad del Altísimo para bendición nuestra.

Dice el Eterno: “No temas descender a Egipto, pues allí te estableceré como una gran nación.”.  Entendido en profundidad, nos dice el Altísimo Bendito Sea:  No temas tropezar; no temas a todas las pruebas que sufras en la vida; no temas cuando entristezcas plenamente por cualquier hecho; no temas cuando todo se vea en tinieblas; no temas cuando te ataquen, te provoquen y sufras muchas injusticias; no temas cuando Me falles y a los demás; no temas a nada físico, ni el hambre ni la pobreza;  pues en todas esas pruebas saldrás victorioso y estarás dentro de Mi Pueblo que vence con la fe firme de luchar haciendo Mi Voluntad, glorificándome y alabándome para siempre.

Entonces, uno se pregunta: ¿Cómo podremos experimentar eso si somos tan débiles y pareciera a veces que estamos tan solos y desprotegidos?  El Altísimo responde: “Yo descenderé contigo a Egipto, y Yo sin falta te haré subir también”.  Esto es:  Yo, El Todopoderoso, para Quien nada es imposible, Quien creó todo lo que existe, en Quien está el poder de la vida de cada persona y de cada ser del universo,  Yo estaré contigo en todas tus pruebas, en todos tus sufrimientos, en todas las injusticias que sufras, y aun en todos tus tropiezos tratando de hacer lo mejor a Mi Vista.  Yo estaré a tu lado esperando que clames a Mí, esperando que acudas a Mi Ayuda por medio de la plegaria, pues en tu boca estará el camino a la liberación y victoria.  Yo te haré vencer; Yo te haré vivir absolutamente confiado aunque sufras muchas veces, pero sabiendo que vas camino al gran Premio mientras te preparas en “Egipto”.  Yo te elevaré espiritualmente de nivel en cada etapa de tu vida, en cada batalla que pierdas o venzas para rectificar y purificar tu alma con el fin de parecerte a Mí, porque para ello te He dado existencia.

Finalmente, dice el Eterno: “Yosef pondrá su mano sobre tus ojos.”, lo cual quería decir que cuando Yaakov muriera Yosef cerraría sus ojos y lo sepultaría en la Tierra de Israel.

Recordemos que Yosef significa “multiplicará” o “aumentará” según su raíz hebrea.  Yosef también alude al aumento de la santidad (junto con las bendiciones consecuentes) cumpliendo con la Voluntad Celestial (su Torá y Mandamientos), y superando todas las pruebas en esta vida con el gozo de obtener el Premio de la vida eterna llena de felicidad.  Yosef significa en profundida aumento de Shalom, palabra hebrea que significa mucho más que “paz”, también bienestar, salud, fortaleza, confianza, valentía y sosiego espiritual, en definitiva, un adelanto de la felicidad del Mundo Venidero.

Yosef, en este pasaje, alude al aumento de las bendiciones en esta vida como premio de temer sólo al Todopoderoso para hacer siempre Su Voluntad. Y ese aumento llegará a su plenitud cuando cerremos los ojos y los abramos nuevamente en otra vida inmejorable, recibiendo el bendito Premio producto de nuestra gran fe que supimos trabajar obedeciendo a nuestro Padre Celestial y Sus Palabras.  Entonces, miraremos hacia atrás y nos daremos cuenta que todo lo vivido, todo lo gozado y, fundamentalmente, lo sufrido fue para nuestro bien.

Shabat Shalom!

Gavriel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario