El robo que la religión Romana ha hecho al mundo occidental es inmenso, se nos ha impedido ver en los escritos de los emisarios la puesta en obra de los mandamientos y la instrucción del Eterno, en los días de los primeros seguidores del Mesías (Siglo 1). Con aquella inicua intención han querido hacer creer al mundo gentil, que ha puesto su esperanza en el Mesías de Yisrael, que la torah no tuvo ninguna vigencia en la primera congregación de creyentes en Yehoshua, sino que hubo una especie de cambio, una sustitución de la torah y los mandamientos, por lo que ellos llaman; “la gracia”. ¿Pero fue esto así? ¿Acaso hubo un reemplazo total de la torah y sus mandamientos, por una especie de “libertad” autorizada? ¿Dejaron los primeros discípulos nativos de Israel, los pactos de perpetuidad entre YHWH y su pueblo, por que Mashiaj en cierta manera les autorizo a que abandonaran esos pactos que tenían carácter eterno? A simple vista pareciera que sí, (desde una perspectiva cristiana romana) pareciera que los enviados (llamados “apóstoles”) dejaron las ordenanzas del Eterno, incluso aquellas dadas por perpetuidad a su nación Yisrael por mano de su siervo Moshe (Moisés), por seguir un camino diferente, una religión distinta que no guarda la torah y que mira en menos y como no necesarios los mandamientos de YHWH.
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